Oh no, ojalá nó

Fue un despertar normal. Sin vecinos trovadores, ni nada. Ni sueños perturbadores, ni nada. En verdad nada de nada. Lo que sí, era un frío insoportable. Lo único que me animó a levantarme fue la perspectiva del desayuno. Por supuesto.



Leí un poco y luego fuí a almorzar donde mi abuelita, como se está haciendo costumbre. Rico todo. Después me vine volando a mi casa, y me fui derechito a dar el Examen Nº2 del curso de conducir. No se como me habrá ido, pero tengo fe en mí. Estaba fácil y no le copié casi ninguna respuesta al José, que la otra vez (el viernes), me pasó su hojita de respuestas. El viernes, sí, lo admito, copie algunas, artas, pero no todas. Y es que yo no sabía nada de aspectos técnicos del auto. Imagina que ni siquiera sabía que es "roncear". Yo lo asocio de inmediato a esa bebida alcoholica extraída de la caña de azucar que yo acostumbro a tomar junto a un poco de, la nunca bien ponderada, gaseosa Coca Cola. Y no se hable más.



Hoy sí que habían preguntas que yo sabía y no me compliqué. Ni siquiera revisé con las respuestas del José, que después se quedó dormido esperandome, supongo. Tenía pensado ir al Lider a comprar unos guantes de goma, pero me dio flojera. Así que me quedé aquí, en mi casita, que calificaría de calentita, pero sería una vil mentira.

He descubierto que entro a clases el 30 de Julio. Aun falta su poco, pero que se le puede hacer.

También me he enterado de muchas cosas, entre ellas que la Monse y la Maca, mis primas, tienen un hamster. Un cosín de sólo 16 días. Y mi tía Miriam le bautizó de Miñuñi. Muy creativa sí, aun que bastante freak.

Y yo no sé. No me gusta, a veces, ser tan objetiva. No me gusta arruinar la felicidad de otras personas, por eso es mejor ahorrarse comentarios ¿no? Pero sigue preocupandome. Tengo mis serias dudas, y aun que no las confesaré jamás, espero equivocarme. Y no precisamente por mi bien.



Yo no digo nada, yo no digo nada.

Lo bueno sí es que hoy podemos hacer constancia de un acierto del plan Transantiago: la Estación Intermodal La Cisterna. Yo, personalmente, no he podido verla en todo su esplendor, debido, presuntamente, a que hoy se ha inaugurado.

Y esperemos que este miercoles 6, se implemente el Sistema de pago por pasajero transportado, o el tan conocido pago por boleto cortado. Y motivo además, por el cual las antiguas micros amarillas corrían a velocidades estratosféricas. Sin duda será un buen incentivo para que las empresas saquen a sus buses a trabajar, debidamente, sin evasión. Ya que esa medida tan ridícula del GPS-Humano (risa me da), nunca funcionó, en cuanto a controlar las frecuencias. Esperemos que esta medida controle, también, la evasión de pago de algunos, artos, demasiados, pasajeros; que está provocando un gran deficit (US$72 millones, me parece) para el gobierno.

Si volver al pago por boleto, nos sumirá, otra vez, en esas micros que corrían como locas por todos lados, casi desarmandosé en el intento ¿Será tan buena medida? Mejorará la frecuencia, sí, por que ninguna empresa se arriesgará perder dinero. Por que sí, estamos de acuerdo, las empresas estaban en una muy cómoda posición, recibiendo sueldo fijo, sin prestar un servicio decente. Eso tenía que parar, estamos concordando. Pero, ¿queremos volver al sistema de micros amarrillas de verdad? A mi me parece que no.

¿Acaso no hay ninguna medida que garantice que las máquinas salgan y cumplan los recorridos y frecuencias, sin pasarse al otro extremo de volar de un lado a otro, intentando captar la mayor cantidad de pasajeros, olvidandosé de la dignidad humana? A mi me parece que no hay equilibrio. Y Murphy se instaló en nuestra capital. Yo no sé, en verdad que no. Huele mal.

Ayer prometí abrir el capítulo 10 de APV, y no lo hice. Hoy sí que lo hice. Al menos.

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¡ C r a c k !