Palabras en rojo

Irrefrenables suenan las notas de mi caída en mis oidos, ajenos al correcto orden de las cosas. Correcto, centro, o lejos de él, las cosas tiene un vaivén excento de fantasías cumplidas, más bien caen como platillos sobre mi cabeza en este momento. En este momento de profunda melancolía perdido en el delirio de nunca haber existido.

Qué decir de esas pequeñas y maliciosas verdades-mentiras que nacen de mi cabecita cuando por la calle miro a toda esa gente caminar, caminar, caminar, caminar, pegados al suelo, torticolis, ojos secos, manos cerradas, muchedumbre en una dirección. Y yo quiero correr, correr, correr, correr. Plantarme una corrida con esas zapatillas que me hacen volar. Y apartar a toda es gente, correr cuando ellos caminan, pero que nadie me vea, por que es para mí, por el simple placer de relajarme alguna vez.

Ella se sienta siempre en la misma ventana a fumar. Y tiene que dejar de fumar o cambiar de ventana. Y buscarse una ventana que no le moleste tanto las volutas de su cigarrillo.

Apuntes extraños, en papeles volados, por allí. Es bueno que el lapiz corra en trazos, palabras, deja constancia de que hemos vivido. Hoy me siento creativa, independiente de lo demás. Y lo increible es que la revelación me llegó apretada en el metro, relegada a un rincón, tapizada de gente, y tube que aplicar regla t, aun cuando lo encuentro poco ético (?). Lo bueno es que reutilizaré mi libretira roja y eso será bacán. Me gusta esa idea. Me gusta que las ideas fluyan, escribir incoherencias ló(gi)cas, ser yo sin saber de nada más.

Ríete del amor

Esta entrada se ha escrito millones de veces y en millones de formas diferentes en mi cabeza, pero nunca se ha concretado. Y es que en este momento hay cosas que me limitan, como persona con sentimientos, como loca de patio, como ente pensante. Me doy una y mil vueltas para expresarme bien y en un momento sale, fluye, de alguna manera que no me explico, pero que siempre es lo que tenía que ser.

Ayer en la entrega de taller, mientras exponía con Mario y Cerati quería llorar. Los ojos me picaban y se me llenaban de lágrimas mientras intentaba salvar mi trabajo. Y es que ya ni si quiera es frutración. Pasó de ser rabia conmigo a ser una sensación de mierda. Porque, sabes qué, me siento incapaz de ponerle nombre.

Lo positivo de esa mini crisis que me dio ayer, fue que de la mierda misma me armo de valor para reemprender la lucha. Y es contra mis fantasmas internos con quien debo enfrentarme. Y en esta batalla épica de sin sentidos varios ( y por lo demás, de melodramatismo puro), intento buscar mi centro. Centro de gravedad, centro de proyección, centro de circunferencia. Tanto que hablan del centro y yo me limito a escuchar. Para mí todo es inestable, y aun qie a veces lo ignoro y anhelo abandonar todo este vértigo, para mi la cosa es eso. Nada establecido, nada dado por hecho, nada seguro. Carpe diem, o no. De allí saco mi fuerza.

Uf. Ahora están sonando todas esas canciones que no hacen llorar, si no, reir de lo cebolla que son (cortecía de la Bibips y la Val), pero, sin saber si son sus segundad intenciones, me hacen reflexionar, volver atrás. Y no se si creer que es casualidad. Pero me recuerdan muchas cosas. Mis decisiones, me cuestionan, sin embargo, a pesar de todo se mantienen. Y es que no quiero arrepentirme. Mmm. Pero igual me siento sola. Por que es así, inevitable. Y viene esa frase a mi memoria, ríete del amor. Riete de mi misma, que no se que es el amor y no se de que estoy hablando.

De llantos y risas

Soy un completo desastre. Y sí, es una exageración, pero si no exagerará, no sería mi blog, ni, mucho menos, sería yo. Soy el colmo, soy un caos, soy un fracaso. Y es que cuando tengo millones de días de ocio, no actualizo, y cuando estoy muriendo, suplicando por un día de 25 horas, actualizo al blog desaparecido. Crack.

Hoy mi mamá casi se muere de un susto, por que recordé algo y me puse a gritar como la histérica que soy y a reir. Pensó mil rollos, que e daba un ataque, que me había sacado el kino, que me había picado una araña de rincón. Y es que según ella yo río y lloro igual. Mmm. Eso depende diría yo.

Es una entrada flash. Mañana tengo entrega y yo aún no termino. Este es mi break del café cortado y las galletitas calóricas que me hacen subir de peso, por que es de noche y las grasas no se metabolizan pero siempre peso 57 por que mi pesa es la mejor y me quiere y cuida mi psiquis de posibles colapsos por lo vaca que estoy.

Uf, si contara mi dieciosho. Aparte de no terminar, mi imagen pública se vería damnificada. Para el caso, mejor quedarse callada.

La distorción de la mente

Recién borre los dos párrafos que llevaba escritos. Y es que he terminado de leer uno de los cuentos de la Beita, y realmente me dejó la mente trabajando. O en blanco, o realmente deseando ir un poquito más allá. (guiño).

Hoy me siento limitada. Un poco quemada y con una sensación de inquietud dentro mío. Y es que hoy ha sido el día de las pequeñas frustraciones. Cosas que pudieron ser y no fueron, que en un atisbo de racionalidad se declaran como víctimas de mi incansable versatilidad. Versatilidad que me mueve por muchos caminos extraños simultaneamente, pero que obviamente me impiden llegar a un sólo destino. Es extraño, hasta ahora no me había molestado, por que ha sido así desde siempre. Lo he aceptado y disfrutado, quiero decir, siempre lo he clasificado como una de mis virtudes. Sólo hoy, en la vida real me doy cuenta como es que me está jugando en contra. No es algo grave para nada, pero no puedo dejar de imaginarme el momento en que esto se me vaya de las manos.



Releo los párrafos anteriores y pff. Risa. Es que soy tan melodramática que rayos, a veces pienso que es imposible llegar a algún pensamiento sensato. Es la ley de mi vida. Drama Queen, la maga melodramática más melodramática de la historia de las melodramáticas por los siglos de los siglos, amén. Y nadie vaya a creer que me quejo, por que en el fondo, similar a Ore-mentiras exitosas, el dramatismo le da un sabor especial a mi vida y a los que me rodean. Y no digan que no, por que en el fondo yo se que es así.

No quería irme en la profunda, pero es inevitable, lo es para mí, al menos. Cómo todo en esta entrada surrealista. Y es que qué podría decirse de una existencia sin profundidad, vivir en la piel de las cosas no tiene sentido, o al menos no para mí. Buscar tras de lo obvio.

Y pasado el minuto de la maga-va mas allá, vuelvo a ser light. Y es que... cito

Se más sabio que los demás si puedes, pero no se lo digas
(lord Chesterfield). No digo que yo lo haga, pero.. quien sabe.

Revolución por carril

Son las 1.44 de la mañana. Lo que significa que dormiré aproximadamente unas 4 horas... teniendo en cuenta que me duerma a penas me acueste. Todo por hacer a última hora una planimetría para Depre (Representación instrumental).

Hoy además tuve la primera prueba brígida. De Introducción al Diseño. No se como me fué, lo que recuerdo es 51, 121 y 259 palabras. ¿Será suficiente? No lo sé.

¿Qué hago aquí a esta hora tan deprimente? Sólo dejar constancia de un día en que casi paso de largo. Y es que soy estudiante de diseño y no he pasado de largo. Uf, todo un record, o una herejía dicen mis compañeros.

Hoy fue el cumple de la Mary, el lunes fue el de la Pame y mañana (u hoy) el de la Milo. Organizamos una super salida a comer al Burger King, pero terminó en fracaso por que estaban remodelando. Igual comimos en el Parque de las esculturas las hamburguesas con gusanos y cosas raras que se le ocurrían al Jorge. Ah, y la Ore se fue en volaa molestandome (con pokebola y todo).

Fin

Que atróz. Ah! Y hoy no hay foto.

Al unísono

Hoy recién caxé ese aviso de falabella, donde sale un tipo que es Ignacio Franzani o se parece mucho. Da igual, por que en verdad lo que me gusta más que el supuesto Ignacio Franzani es la música. Y es que me trajo demasiados recuerdos. No se bien de qué, pero definitivamente me subieron el ánimo subterraneo que tenía ayer.

Y luego me pasé todo el día escuchando Javiera Mena. Me encanta, y es que esa mujer no canta nada, pero dice mucho. Expresa bacán y realmente me llega su mensaje. Es bacán, bacán.

Tenemos que poner nuestra miradas perdidas, en direcciones nulas. Y focalizar. Es fácil definir llegar a un mismo destino y difícil llegar, al unísono. Al unísono. Caminando, conociendo más. Al unísono. Y al mismo tiempo te converso. Al unísono. Distorcionas y vuelves a armar, mis esquemas juveniles. Ahahhh.



Se que son canciones de buenos tiempos. No se por qué. Y se me vienen un montón de recuedo que no son míos pero que me inspiran. Quiero escribir, mierda, pero tengo tantas otras cosas importantes en verdad(o no), que hacer. Las malditas jerarquías y responsabilidades rutinizan mi vida.

En fin, encontraré un momento.

...Se hace camino al andar

Me encontraba demasiado complicada intentando empezar esta entrada. Había decidido escribir un trozo del texto de Tratado de Semiótica General de Umberto Eco, el cual me encuentro estudiando ahora, pero al final me pareció que no dice nada de .

Me siento agobiada. Y es verdad, no ha sido un buen día. Escribo esto, con esa molesta sensación de que me arrepentiré de haberlo puesto. Lo escribo a riesgo, bien sabido, de que alguien puede leerlo. No se si me gusta o no. Creo que me trae indiferente pero a la vez no me gusta. Puaj, sensación de mierda.

Quiero volver a los días de ocio. Ruego por ocio. Y ahora estoy en eso, pero es ese ocio mal concebido, estoy en nada sabiendo que tengo que hacer todo. (Sprite). Es incómodo. No poder hacer nada tranquilamente por que en el fondo existe algo llamado conciencia que no te deja tranquila. Y no se yo si calificarla de conciencia. Me parece que encaja más con responsabilidad, pero me parece que yo nunca he tenido de eso.

Quiero ser light. Quiero ser como realmente me ven. Quiero no se qué. Quiero escribir. Quiero escribir bien. Quiero expresarme bien. Quiero leer. No quiero leer cosas que no quiero. Quiero comer. No quiero querer tanto. Quiero dejar de sonar como cabra chica. Quiero dejar de ser cabra chica. Quiero ser cabra chica.

Y es que en el fondo eso es lo que soy. Y a la vez me siento tan atrapada dentro de mi misma que en verdad todo lo que estoy escribiendo está un poco vomitado. Es que me siento tan diferente a los demás. Me siento vacía, que en verdad no tiene sentido nada de lo que hago. La pregunta ¿Para qué? surge a cada rato. Me falta motivación. Me falta amors en la vida. Quizás tiene que ver con la opinión que las personas se están formando de mí. La matea, la cabezona, la seca. Por qué ¿Por qué eso me hace cuestionar? Me debería motivar, o algo. Debe ser bueno. Pero me preocupa, por que los demás ven en mí algo que yo no veo. No lo veo. Y pff...

Es denigrante sentirte así. Y lo peor es que es típico de mí. Va y viene. Es tan géminis, que ya no me sorprende. Se que se me va a pasar. Espero que luego, en verdad. Pero a veces cansa, agota, satura. Y no se cuanto esté dispuesta a aguantarlo. Pero así es vida.



Lo rico de dejar constancia de esto es que despuñes lo leeré y
1.- quedaré loca
2.- me avergonzaré de mi misma
3.- me cagaré de la risa.
Cualquier cosa de las tres es buena. Varía mi vida y variar siempre es bueno.

Ya escribiré algo más alegre. O no. Sí, como no.

Que atroz.

¡ C r a c k !