Desaparecida en acción

Hoy me corté la chasquilla. No es la gran cosa por supuesto, si alguien preguntara como quedó, yo diría corta. Pensé en hacerme un corte de pelo radical, pero mi vida ya ha dado un giro radical en los últimos días como para atolondrarme la existencia y el equilibrio otra vez.

No sé en que estaba pensando, pero no lo he posteado. Después de tanto post expresando cuanto quería el famoso documento. Pues sí, que tengo licencia de conducir, es decir, soy una conductora clase b con todas las de la ley. Aun que manejar en la ilegalidad hacía todo más interesante.



Por otro lado no he escrito nada y menos dibujado algo. Estoy en un total vacío, y me asusta, mis vacaciones terminan y no se cuando tendré tiempo para responder a mis lectores. Que tengo y a pesar de todo el tiempo y los altos en el camino han estado ahí, o aquí, conmigo; y yo, por sobre todas las cosas, les quiero. Y mucho.

Rayos, tengo que escribir.

Oh! Recuerdo haber empezado un tabla de 30 vicios, en mi livejournal. Ouch. Sí, traicioné a Blogger, pero fue por la noble causa de hacerme una tabla. Ya pueden ponerse a leer.

Y hoy hablé una montonera de rato con la Beatriz. Seguro que ya me pasé en los minutos del celular. Que se le va a hacer. Y siento que la envidio por que ella está tan conforme, y yo ha ratos siento que es lo mejor que he leído y luego el odio me consume y exije la cabeza de jotaká.

Cosa mala. Es horrible vivir en esta Bipolaridad Potteriana, es realmente repugnante. No se que hacer, busqué un vicio decente, como escribir una pareja tan retorcida como sólo lo pueden ser Draco y Luna.

Al parecer, no basta.

Ver el lado medio lleno o medio vacío, esa es la cuestión de todo. Aunque hay quién dice que la cuestión no es el lado medio vacío o medio lleno, si no que ver como volver a llenarlo. Y que a nadie le extrañe que me haga alcohólica.

Y la culpa, otra vez es de los fics. Cualquier delirio mío es culpa de eso y de mi mente extremadamente líquida que se agita con cualquier cosita. Aceptenlo, nadie me entiende, ni yo. Y no quiero parecer por incomprendida, que sino me compararé con el hombre más valiente que he conocido. Y no quiero que nadie me llame Albus Severus, uhg.